sábado, 2 de febrero de 2013

Kínder

Hola hijo mío. Hoy quiero platicarte cómo fue tu ingreso a otra escuela, después del desastroso experimento en la guardería del ISSSTE. Lamento que mis comentarios a veces no lleven el orden en el que sucedieron, sucede que de pronto me vienen a la mente y quiero plasmarlos antes de que se me pase o queden relegados. Cada momento vivido contigo es un momento único, la cosa es que tenemos miles y miles de momentos, hijo de mi vida.

Pues como te decía, después de lo sucedido en la guardería del ISSSTE estuvimos analizando que pasaría con tus estudios. Mientras tanto, visitamos doctores y doctores buscando un diagnóstico. La verdad hijo mío es que quería saber que te pasaba, pero cada quien tenía una opinión diferente de tu situación. Un doctor decía que sólo eras un apapachado. Otro decía que padecías síndrome de Asperger, otro que no, que era autismo, etc. Al final resulta que tu cerebro, al momento de tu nacimiento no recibió el suficiente oxígeno y presentabas inmadurez cerebral. Además se sumó el hecho de que, como nadie le atinaba, el diagnóstico es "Déficit generalizado del desarrollo NO especificado", que para mi gusto quiere decir "no sabemos que diablos tiene tu hijo, pero algo tiene".

Una de las recomendaciones que nos hicieron era que, si queríamos que estudiaras en una escuela, deberías de contar con el apoyo de un monitor, es decir, una persona que se encarga de ayudarte. Lo que sucedía es que tu mismo no querías estar ahí. Llegábamos a la escuela y de inmediato llorabas, te escondías abajo de las mesas, no querías trabajar, descargabas tu coraje con tus compañeros, etc. ¡La de veces que tuvimos que aguantar los reproches de otros padres de familia! Y con justa razón, hijo. Pero todo se debía al desconocimiento que se tiene de situaciones como la tuya.

Como padre, créeme que te he defendido en todas partes. Fue precisamente en ese kínder donde tuve una alegría enorme contigo. Para un festival, no recuerdo que festejaban, si era el 10 de mayo, el día del padre o que carambas era, el caso es que bailaste "Macho Man" de Village People. Mi corazón no cabía en sí de gozo de verte bailar con tus compañeros. Lloré de alegría al verte ahí, baile y baile, caracterizado. Poco a poco hemos avanzado, hijo mío. Hay ocasiones en que me llega la desesperación porque quisiera ver que tus avances fueran más rápidos, pero tengo que hacer lo que tu mismo me dices "dalay, papá".

Ahora mismo que estoy escribiendo esto te estoy viendo, hijo mío. Estás viendo uno de tus programas favoritos en la tele, y yo estoy aquí, a tu derecha, escribiendo. Me quedo arrobado viéndote. Te amo infinitamente, hijo mío.

Zacatecas, Zac. a 2 de febrero de 2013

Tu papá que te ama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario